
En esta oportunidad, nos acercaremos hacia la teoría de los cuatro elementos en la astrología. Éstos son: Fuego, Tierra, Aire y Agua. Son los factores que permiten ver las diferentes características de las personas, en un nivel general y básico. Sabiendo la preponderancia de elementos que contiene una carta natal, sabremos las cualidades que más resaltan en un individuo.
Como primer acercamiento, podemos sugerir que cada elemento está relacionado con una facultad de la personalidad: el elemento Tierra a la Sensación; el Agua está relacionada con la Sentimiento; el Aire con el Pensamiento y finalmente, el Fuego –que estudiaremos a continuación– con la Intuición. Veamos algunas características de este último elemento.
El Fuego: él da calor o quema, es movedizo, inquieto, restalla, arde y se consume, causa placer como también molestia según su forma; da placer en el corazón y molestia en el estómago. Las virtudes: hace a las personas alegres, vigorosas, confiadas en sí mismas, optimistas, amigas de la buena vida, de los deportes del ejercicio y de las aventuras. Las personas “fogosas” están siempre dispuestos a aceptar lo nuevo y no son temerosos al enfrentar los peligros y experiencias de su vida. No conceden mucho tiempo a los dolores o sufrimientos propios ni ajenos; tampoco se detienen a disfrutar de sus logros, ya que cuando logran concretar su objetivo inmediatamente fijan otro. Lo peor que le puede ocurrir a una persona de fuego es verse derrumbar sus ideales. Los defectos: demasiado fuego es peligroso y destructivo; provocan un exceso de pasión, reacciones inesperadas, personas exuberantes, inclinadas por los excesos. Se manifiestan con orgullo, arrogancia y falta de simpatía hacia los débiles. Pero la falta de fuego tiende hacia la falta de entusiasmo; la persona se vuelve muy materialista, seria, depresiva y pesimista.
El fuego se lleva bien con el aire por que lo aviva y lo hace revivir, pero se lleva mal con la tierra por que lo “asfixia”. En este sentido, decimos que el Aire es complementario del Fuego, mientras que la Tierra es su antagónico. Contrario a lo que se pensaría, con el Agua comparten una cierta complementariedad al nivel de lo subjetivo, ya que la Tierra y el Aire, son objetivos. Los signos de Fuego Aries, Leo y Sagitario. Veamos ahora el caso del elemento Tierra.
En la carta se analizan la posición de los planetas en función de los signos y –por ende– los elementos que ocupan: la mayor cantidad de planetas en un elemento dará como resultado una persona con cualidades más pronunciadas de dicho elemento: más intuitiva, más racional, más sensible o bien más entusiasta... las combinaciones y proporciones no son matemáticas. Más bien expresan tendencias y posibilidades.
La Tierra: se trata de dar sostén y seguridad, es seca, inmóvil y funcional, no es llamativo como lo es el fuego y el agua. Las virtudes: en las personas de Tierra, resalta su solidez y su seguridad respecto a lo práctico. Es gente hábil, trabajadora, sencilla y con sentido común; son muy cuidadosas, cautelosas, frías, calculadoras, indecisas frente a personas más ágiles y decididas, como son las de fuego y aire. La tierra es el cerebro aplicado a los fines materiales y esta bien representada por el constructor como también el artesano. Los defectos: son obsesivos por el orden y la rutina, tienen falta de idealismo y valores espirituales de la vida. El hombre no cree más que en los hechos en la realidad concreta, “en lo que pueden ver” tienen una vida utilitaria y vulgar. La falta de tierra le produce incapacidad para lograr sus meta y hace a la persona poco practica e irresponsable quienes dejan a medias las cosas.
La Tierra combina bien con el Agua por que la refresca: son complementarios y elementos femeninos; en cambio, como ya dijimos, con el fuego existe un antagonismo, porque la quema y con el Aire se complementan desde el aspecto objetivo y mental. Los signos de tierra son Tauro, Virgo y Capricornio.
El elemento que sigue es el Aire.
Aire: es el elemento vital de todo ser vivo ya que gracias a él podemos respirar y además es el medio por donde se trasmite el sonido; sin él no podríamos hablar. Las personas “aéreas” son individuos sutiles, adaptables y variables. Le dan mucha importancia a todo tipo de comunicación, su tendencia es estudiar y razonar, son muy inteligentes, trabajadoras a pleno por sus proyectos, les agrada concretar todos sus ideales y convivir entre la gente. Sus virtudes son su idealismo y su deseo de conocer la verdad. Tratan de no influir en los demás, necesitan saber más que sentir o actuar y poseen una gran capacidad para trazar planes a futuro. Uno de sus defectos es que son de profundas emociones pero se empeñan en expresarlas en palabras y en racionalizar. La falta de aire indica poca expresión y dificultad para expresarse con los demás. Son personas ahiladas e introvertidas.
El aire combina con el fuego –como dijimos– por que lo aviva, pero con el agua no por que ambos le impiden su libertad. Los signos de aire son Géminis, Libra y Acuario.
Por ultimo llegamos al elemento Agua.
Agua: sirve para refrescar, reflejar, lavar y ayudar al crecimiento. Cuando está contenida se haya tranquila, aunque su tranquilidad es aparente: como ocurre en el mar o en el río, superficie puede estar calma pero en la profundidad hay movimientos ocultos por las corrientes submarinas. Las virtudes de las personas “agua”: son individuos sensibles, intuitivos, inspiradores; se expresan a través del arte, la música, el baile, como el desarrollo de las facultades psíquicas ayudando a los demás. Son reservados, protectores y prudentes. Sienten aversión por las personas ruidosas y demandantes. Entre sus defectos encontramos que el exceso de agua produce timidez, la sospecha, el temor y la desconfianza por los demás y por ellos mismos. Son muy influenciables, susceptibles e inestables y muchas veces tienden a ocultar sus sentimientos y encerrarse en sí mismos.
El Agua se complementa con la Tierra por que es absorbida y contenida, ayudándola a su crecimiento; y con el Fuego comparten el carácter de subjetividad. Su antagonismo es con el Aire, que busca objetivar la mirada de los hechos en lugar de sentir. Los signos de agua son Cáncer, Escorpio y Piscis.
Rescatando los conceptos que vimos al principio, en los que se asocia cada elemento con una cualidad de la personalidad, podemos entender por qué hemos dejado de lado la clásica agrupación de antagónicos en los que el Fuego es contrario al Agua (porque ésta lo apaga) y donde la Tierra es antagónica al Aire.
Como primer acercamiento, podemos sugerir que cada elemento está relacionado con una facultad de la personalidad: el elemento Tierra a la Sensación; el Agua está relacionada con la Sentimiento; el Aire con el Pensamiento y finalmente, el Fuego –que estudiaremos a continuación– con la Intuición. Veamos algunas características de este último elemento.
El Fuego: él da calor o quema, es movedizo, inquieto, restalla, arde y se consume, causa placer como también molestia según su forma; da placer en el corazón y molestia en el estómago. Las virtudes: hace a las personas alegres, vigorosas, confiadas en sí mismas, optimistas, amigas de la buena vida, de los deportes del ejercicio y de las aventuras. Las personas “fogosas” están siempre dispuestos a aceptar lo nuevo y no son temerosos al enfrentar los peligros y experiencias de su vida. No conceden mucho tiempo a los dolores o sufrimientos propios ni ajenos; tampoco se detienen a disfrutar de sus logros, ya que cuando logran concretar su objetivo inmediatamente fijan otro. Lo peor que le puede ocurrir a una persona de fuego es verse derrumbar sus ideales. Los defectos: demasiado fuego es peligroso y destructivo; provocan un exceso de pasión, reacciones inesperadas, personas exuberantes, inclinadas por los excesos. Se manifiestan con orgullo, arrogancia y falta de simpatía hacia los débiles. Pero la falta de fuego tiende hacia la falta de entusiasmo; la persona se vuelve muy materialista, seria, depresiva y pesimista.
El fuego se lleva bien con el aire por que lo aviva y lo hace revivir, pero se lleva mal con la tierra por que lo “asfixia”. En este sentido, decimos que el Aire es complementario del Fuego, mientras que la Tierra es su antagónico. Contrario a lo que se pensaría, con el Agua comparten una cierta complementariedad al nivel de lo subjetivo, ya que la Tierra y el Aire, son objetivos. Los signos de Fuego Aries, Leo y Sagitario. Veamos ahora el caso del elemento Tierra.
En la carta se analizan la posición de los planetas en función de los signos y –por ende– los elementos que ocupan: la mayor cantidad de planetas en un elemento dará como resultado una persona con cualidades más pronunciadas de dicho elemento: más intuitiva, más racional, más sensible o bien más entusiasta... las combinaciones y proporciones no son matemáticas. Más bien expresan tendencias y posibilidades.
La Tierra: se trata de dar sostén y seguridad, es seca, inmóvil y funcional, no es llamativo como lo es el fuego y el agua. Las virtudes: en las personas de Tierra, resalta su solidez y su seguridad respecto a lo práctico. Es gente hábil, trabajadora, sencilla y con sentido común; son muy cuidadosas, cautelosas, frías, calculadoras, indecisas frente a personas más ágiles y decididas, como son las de fuego y aire. La tierra es el cerebro aplicado a los fines materiales y esta bien representada por el constructor como también el artesano. Los defectos: son obsesivos por el orden y la rutina, tienen falta de idealismo y valores espirituales de la vida. El hombre no cree más que en los hechos en la realidad concreta, “en lo que pueden ver” tienen una vida utilitaria y vulgar. La falta de tierra le produce incapacidad para lograr sus meta y hace a la persona poco practica e irresponsable quienes dejan a medias las cosas.
La Tierra combina bien con el Agua por que la refresca: son complementarios y elementos femeninos; en cambio, como ya dijimos, con el fuego existe un antagonismo, porque la quema y con el Aire se complementan desde el aspecto objetivo y mental. Los signos de tierra son Tauro, Virgo y Capricornio.
El elemento que sigue es el Aire.
Aire: es el elemento vital de todo ser vivo ya que gracias a él podemos respirar y además es el medio por donde se trasmite el sonido; sin él no podríamos hablar. Las personas “aéreas” son individuos sutiles, adaptables y variables. Le dan mucha importancia a todo tipo de comunicación, su tendencia es estudiar y razonar, son muy inteligentes, trabajadoras a pleno por sus proyectos, les agrada concretar todos sus ideales y convivir entre la gente. Sus virtudes son su idealismo y su deseo de conocer la verdad. Tratan de no influir en los demás, necesitan saber más que sentir o actuar y poseen una gran capacidad para trazar planes a futuro. Uno de sus defectos es que son de profundas emociones pero se empeñan en expresarlas en palabras y en racionalizar. La falta de aire indica poca expresión y dificultad para expresarse con los demás. Son personas ahiladas e introvertidas.
El aire combina con el fuego –como dijimos– por que lo aviva, pero con el agua no por que ambos le impiden su libertad. Los signos de aire son Géminis, Libra y Acuario.
Por ultimo llegamos al elemento Agua.
Agua: sirve para refrescar, reflejar, lavar y ayudar al crecimiento. Cuando está contenida se haya tranquila, aunque su tranquilidad es aparente: como ocurre en el mar o en el río, superficie puede estar calma pero en la profundidad hay movimientos ocultos por las corrientes submarinas. Las virtudes de las personas “agua”: son individuos sensibles, intuitivos, inspiradores; se expresan a través del arte, la música, el baile, como el desarrollo de las facultades psíquicas ayudando a los demás. Son reservados, protectores y prudentes. Sienten aversión por las personas ruidosas y demandantes. Entre sus defectos encontramos que el exceso de agua produce timidez, la sospecha, el temor y la desconfianza por los demás y por ellos mismos. Son muy influenciables, susceptibles e inestables y muchas veces tienden a ocultar sus sentimientos y encerrarse en sí mismos.
El Agua se complementa con la Tierra por que es absorbida y contenida, ayudándola a su crecimiento; y con el Fuego comparten el carácter de subjetividad. Su antagonismo es con el Aire, que busca objetivar la mirada de los hechos en lugar de sentir. Los signos de agua son Cáncer, Escorpio y Piscis.
Rescatando los conceptos que vimos al principio, en los que se asocia cada elemento con una cualidad de la personalidad, podemos entender por qué hemos dejado de lado la clásica agrupación de antagónicos en los que el Fuego es contrario al Agua (porque ésta lo apaga) y donde la Tierra es antagónica al Aire.
Esta clasificación es relativamente novedosa en la consideración de los elementos en la astrología, y procede del psicólogo suizo Carl Jung, que propuso esta visión en los primeros años de la década del ’30. Así queda enriquecida la mirada tradicional de los elementos y puede ser asociada a las capacidades más destacadas en la personalidad de un individuo. En la carta, un análisis del balance de elementos nos indica con cuál de ellos se identifica la persona y a través de la cual suele interpretar la realidad.